Desde
muy temprana edad se inclinó por las prácticas deportivas, actividades que
compartía con los muchachos de la época mientras avanzaba en los estudios.
También era un destacado tamborero en la tradicional parranda guapeña. A los 12
años se residenció en Santa María de Ipire, en el Estado Guárico, donde
continuó sus estudios de bachillerato al mismo tiempo que se integraba en
diversos equipos deportivos en las disciplinas que ya desarrollaba en El Guapo,
entre ellas Béisbol, Voleibol y Baloncesto; además, participaba en grupos de
canto y bailes tradicionales. Allí recibió el apodo de “Jackson Esmil”.
Luego
regresó a El Guapo, pero sus lazos de amistad con el pueblo guariqueño
siguieron fuertes y cada vez que podía los visitaba, ocasiones propicias para
encuentros deportivos, caimaneras y parrandas con los amigos. En su empeño
deportivo, especialmente con el Béisbol, pudo participar en distintas prácticas
en el Estadio Universitario de Caracas, junto al combinado del equipo Tiburones
de La Guaira, llenando a sus familiares y amigos de mucho orgullo. Formó parte
del equipo de béisbol Unión Baruta, conjunto perteneciente al sector de la
capital donde vivió por varios años antes de residenciarse en el sector Ojo de
Agua de la misma ciudad. En este último, conoció a Elina Belmonte (Mamá Pola),
a quien Reyes querría como una madre.
En
Ojo de Agua conoció a Ivón Pirela, quien sería luego su esposa y con quien se
fue a vivir al Estado Falcón en busca de nuevas oportunidades. Allí se
desempeñó como chofer en la Universidad de Coro (Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda) fortaleciendo su compromiso de vida. Recibe
en esta ciudad el apodo “Caracas”, se une a distintos equipos de Softbol y
Béisbol de la ciudad falconiana y participa en grupos de parranda coriana
impregnando este ritmo del sabor guapeño y barloventeño. En Coro, formó parte
de los equipos Amigos de Caquetios Bolivarianos, Amigos de Cheo Piován,
Chimpire y Transporte.
Luego
de ser atacado por delincuentes, murió vilmente en Coro el 22 de abril del año
2011, llenando de profunda tristeza a familiares, amigos y compañeros del
deporte quienes se reunieron para darle el último adiós.
En
El Guapo, pueblo que lo vio crecer, le recuerdan con cariño y en su honor
dedican el nombre del estadio local; lugar donde hoy se desarrollan grandes
eventos deportivos: competitivos, preparatorios y amistosos. Reyes Fernández
fue de las personas que, con su temple y optimismo, han dignificado el
gentilicio guapeño y dejado ejemplo de hermandad, amistad, perseverancia y
esperanza para las generaciones presentes y futuras.
Con la colaboración de Richard Hernández,
para Los Papeles de Luis.
Luis Enrrique Díaz
08 de Octubre de 2023
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