La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Por eso, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores).
Procesión del Nazareno, recorriendo las calles de El Guapo |
En El Guapo, se recuerdan los
tiempos de la crucifixión, cuando todo condenado a esta pena debía cargar con
la cruz; así era ordenado tanto por la ley hebraica, como por la romana y según
la costumbre judía. La pena establecía llevar la cruz, en pleno día, por los
lugares más frecuentados, para que fuese visto por la gente y su castigo
sirviera de ejemplo a los demás, lo cual escenifica la imagen de Jesús El
Nazareno, quien carga su cruz, con la corona de espinas en su cabeza agachada,
sumisa, con sentido de aceptación, y para muchos fieles, la imagen transmite
serenidad.
Año tras años, más de mil
feligreses se acercan hasta la Iglesia San Felipe Neri de El Guapo durante el Miércoles
Santo, a participar de la Santa Misa y venerar la imagen de Jesús, el Nazareno.
Las actividades comienzan desde muy tempranas horas de la mañana, con una Misa
ofrecida por los promeseros en la que se renuevan los compromisos con Jesús. Luego,
en horas de la tarde se realiza una segunda Misa, donde feligreses, devotos del
Nazareno, promeseros comparten la
palabra de Dios. Al terminar ésta, la imagen de Jesús cargando la cruz es
llevada a las calles del pueblo. Al igual que en años anteriores, la Familia
Salazar Figueroa, de éste pueblo, asume la responsabilidad de preparar las
actividades del Miércoles Santo.
Éste templo cuenta con dos imágenes
de Jesús cargando la cruz, las cuales son alternadas cada año para hacer el
recorrido por las calles. Durante el recorrido, se realiza el rezo del
viacrucis, con sus estaciones establecidas en cada calle o sector. Muchos cantos
son entonados por los integrantes del Coro Parroquial y demás feligreses.
La procesión culmina dentro de la
Iglesia, con la bendición y saludo del sacerdote, el Pbro. Miguel Ángel Paz.
Más
que una túnica morada
Acompañar al Nazareno en la
procesión del Miércoles Santo, no es sólo vestirse con una túnica morada para
pagar una promesa determinada. Esta devoción que nace de la religiosidad
popular de los fieles católicos evoca a un Jesús, que siendo Dios, “fue
obediente incluso hasta la muerte, y una muerte de cruz” (Filipenses 2,8), por
amor a la humanidad.
Esta tradición cargada de fe,
esperanza, amor, entrega y espiritualidad, está arraigada en los corazones de
quienes se han abandonado en los brazos de aquel hijo de María, verdaderamente
Dios y verdaderamente hombre, que abrazó su cruz y caminó al calvario coronado
de espinas; que cayó tres veces y se levantó aún abrumado por el dolor y el
desprecio de quienes amó; que recibió vinagre cuando pidió agua; que manifestó:
“Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino
la tuya”. (Lucas 22, 42).
Para la Iglesia El Nazareno es una
devoción al dolor, el dolor del peso de la cruz; así como también una devoción
al sacrificio y al caminar. Esto llama mucho nuestra atención porque el
sacrificio, el dolor, la cruz y el camino son cosas que están presentes en la
vida del ser humano. Todos pasamos por un momento de dolor, todos tenemos que
hacer sacrificios en la vida, todos tenemos que cargar con una cruz y todos
tenemos que caminar y salir adelante.
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