En un cuarto de la casa de Doña Carmen Caraballo, en la calle San Felipe de El Guapo, al lado de la vivienda de León Figueroa, donde hoy vive José Méndez con su familia, siempre estuvo alojado una efigie, a la que muchos niños le tenían temor por poseer facciones parecidas a un ser humano. En más de una oportunidad, la curiosidad de los niños tuvo como resultado una veloz carrera, asustados por esa figura con rasgos humanos que permanecía inamovible en esa habitación. Esa efigie era un Nazareno.
En la Semana Santa, el miércoles santo, era el día en la que la figura del Nazareno con su cruz al hombro, su vestido morado y el pelo largo, recorría las calles, siempre en hombros de los hombres de nuestro amado pueblo. Niños y adultos, algunos descalzos o de rodillas, vestidos con la túnica morada, han hecho el recorrido por las principales vías del pueblo, para pagar una promesa que seguramente por la fe en el Nazareno, los ha salvado de una enfermedad o de una situación delicada. Saliendo los feligreses en un recorrido que parte desde la Iglesia Parroquial San Felipe Neri por la calle Padre Zaldívar, cruzando por la calle Palo Verde y bajando por la calle El Nazareno. De allí, hacia la calle El Carmen y luego subir por la calle San Felipe, para bajar hacia la calle Mulatal, cruzar hacia la calle Cumbito, retomar la calle Padre Zaldívar, para entrar de nuevo a la iglesia.
Ese ritual, junto a las fiestas patronales en honor a San Felipe Neri y la celebración el 2 de febrero del día de La Candelaria, siempre han sido las festividades religiosas de mayor arraigo en El Guapo, con gran cantidad de feligreses asistiendo a sus misas y procesiones y donde la fe del pueblo se hace más evidente. Eso ha sido así, desde la fundación de El Guapo en 1747, su declaratoria como curato en 1777, como ciudad madre desde donde se originaron posteriormente otros pueblos aledaños, tales como: Río Chico, San Fernando de El Guapo, San Antonio de El Guapo, Santa Bárbara de El Guapo, Tacarigua de La Laguna, entre otros.
La llegada de la imagen del Nazareno, que hoy forma parte del patrimonio histórico y religioso de El Guapo, se ha ido aclarando con el pasar de los tiempos. Dice la leyenda que, en Caracas, existieron 2 nazarenos. Uno, el de mayor trascendencia estaba ubicado en la Iglesia de San Jacinto, próximo a la plaza del mismo nombre en la capital de la república, era considerado el Nazareno de Caracas. El segundo, es el conocido como el Nazareno de San Pablo.
Eran los días viernes santo, cuando el Nazareno de Caracas, hacia su recorrido saliendo de la Iglesia de San Jacinto hasta El Calvario y luego retornaba al lugar de donde partía.
La profunda fe profesada por los caraqueños hacia el Nazareno, se había iniciado cuando a finales del siglo XVII, una peste que afectaba a los caraqueños, fue curada milagrosamente por el Nazareno. Se dice que cuando el Nazareno iba en procesión por una de las calles de Caracas, su corona de espina rozó con un limonero. Los limones que cayeron fueron usados por la población, haciendo el milagro de curar a los enfermos. Allí existe la duda si le atribuyó el milagro, al Nazareno de San Pablo, que estaba en la iglesia de San Pablo o al de San Jacinto, al que algunos denominaban el Limonero y Nazareno de Caracas.
Algunos escritores han destacado la importancia que para los caraqueños tuvo la Iglesia de San Jacinto, incluso muchos de los mantuanos lo tenían como el lugar exclusivo para la educación de sus hijos. Por muchos años era ese el Nazareno que recorría la Caracas colonial.
Lo cierto es que, con el terremoto de Caracas, se derrumbó la Iglesia (o Convento, como también se le llamaba) de San Jacinto. El terremoto de 1812, destruyó ese majestuoso lugar. Aunado al sismo que destruyó buena parte de Caracas y otras zonas del país, la guerra de independencia llevó a que el Nazareno de San Jacinto, fuera resguardado en casas de vecinos.
Por otra parte, El Nazareno de San Pablo también, al perder su iglesia, en el mismo terremoto de 1812, fue ubicado finalmente en la iglesia Santa Teresa y pasó a ser el reverenciado de Caracas.
Del Nazareno de San Jacinto, se perdió su rastro. Por diversas circunstancias, desconocidas hasta ahora, no se ha podido determinar el periplo que vivió esa efigie religiosa. Hay quienes afirman que ese famoso Nazareno, llamado también, como se dijo anteriormente el de Caracas, es el que hoy se le rinde culto en El Guapo, formando parte de su patrimonio histórico y religioso, con la veneración que expresan sus habitantes cada año en la conmemoración de la Semana Santa.
Son casi más de 2 siglos que se estima que ha permanecido en El Guapo la efigie del Nazareno. Ha sido junto al Patrón San Felipe Neri y la Virgen de la Candelaria en los que se han refugiado los hombres y mujeres de El Guapo, cuando las desgracias los han afectado. Así fue cuando, a finales del siglo XIX y principio del XX, acudían a su protección frente a las guerras internas donde el Guapo fue campo de batalla, permaneciendo por casi de 40 años sin párroco que atendiera a su feligresía. Asimismo, entre 1912 y 1913, cuando una peste que acabó con la vida de 598 habitantes, en apenas 2 años. Era tan acelerada la muerte de las personas, que ni siquiera daba tiempo para velarlos. O cuando la gripe española registró entre 1918 y 1920, 235 muertes. Del mismo modo, se aferraron a ellos, cuando la rotura de la represa de El Guapo, aquel fatídico 16 de diciembre 1999 que se llevó vidas humanas y parte de su historia. Hoy igualmente se recurre a la fe en ellos, cuando la pandemia del COVID 19, afecta a la humanidad.
Los habitantes de El Guapo, fieles a la herencia de sus antepasados, sus tradiciones y leyendas, conservan esta reliquia histórica de El Nazareno que forma parte de su acervo cultural y espiritual, constituyéndose una referencia de la fe católica para residentes y visitantes.
Luis Alberto Hernández Cumana
"Tico"
Fuente:
BUENO ESPINAR, Antonio (2013). La Orden de Predicadores en Venezuela. Siglos XVI – XX. Editorial San Esteban, España.
TARÍM, Gois (2007). Aproximación histórica al patrimonio pictórico y escultórico colonial de la iglesia de San Pablo, primer ermitaño. UCV
Página de Facebook: Caracas en Retrospectiva (2014). Orígenes del Convento de San Jacinto
Luis Enrrique Díaz
Marzo 2021
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